Un rayo de sol entre los nubarrones

Tras la vuelta de la boda de Melilla la realidad golpea duramente en mi cara. Momentos de miedo ante como restir ante la tormenta, y sacar fuerzas para actuar frente a lo que venga. Aprendiendo a través del miedo al mirar el abismo... pero al final siempre hay una solución si se ponen los medios. Muchisimas gracias a mis padres que me están ayudando de manera increible en estos momentos realmente jodidos en el que a marchas forzadas y de la nada, una sale de los pañales para encontrarse con una dura realidad a la que hacer frente.
Pero no quiero que en este blog solo se refleje la parte más jodida de vivir lejos, la búsqueda de trabajo o los problemas burocráticos que van surgiendo, quiero tambien que la gente vea que a pesar de todo hay esperanza y hay momentos muy bellos que nada tienen que ver con este tipo de desesperación.
Primero decir que hoy he tenido una entrevista de trabajo, la cual espero que haya conseguido su fruto. He salido con muy buena sanseción y he estado amigable, tranquila y he puesto algunos ejemplos en mi experiencia que creo que me van a dar puntos para conseguir el puesto. Mañana sabré si si o si no, si no me llaman por la tarde es que no lo he conseguido, pero si me llaman empezaría el lunes mismo.
Tambien me han repondido de otro trabajo tambien relacionado con venta directa y eso, y me han pedido que las diga una fecha para una entrevista, asique con suerte si no sale lo de mañana tendre otra entrevista el jueves. Y hay otra el viernes como creativo en la Escuela de Arte.
Otro asunto que nada tiene que ver, ha sido este fin de semana: La boda de Julia y el viaje a Melilla.
Un nuevo encuentro y nueva despedida. Volvi a encontrarme con mis amigas y una de ellas, Andreita, se me va a China durante un año, asique es la última vz que la veo en muchiiiiisimo tiempo.
La boda en sí, genial y preciosa, con un montón de detalles frikis, y un especial cuidado con los invitados. La entrada de Julia con el solo de piano de November Rain de los Guns and Roses fué espectacular y, tendría que decir que inesperada, pero Julia es Julia y no iba a entrar con la típica marcha nupcial...
Despues nos fuimos de copas antes de irnos al Parador a seguir la celebración, y ya en el lugar del convite decorado con velitas con corazones y los nombres de los novios, disfrutamos de más entrates de los que nos cabían en el estómago. Pero la noche y la pitanza no habia hecho mas que empezar...
Nos sentamos en las mesas y en cada una de ellas el numero era una foto de Julia y Jose susteniendo el número de cada mesa, un detallito de lo más mono y personal.
Y de pronto se apagaron las luces y comenzó "Tonight is gonna be a good night" a sonar y los novios entraron bailando por toda la sala y las mesas hasta la mesa central.
Todo transcurrió entre platos, risas y gritos de vivan los novios, meintras tratábamos de hacer más hueco en el estómago, ya que todo estaba muy rico, pero es que no nos cabia más comida entre pecho y espalda.
La hora de cortar la tarta habia llegado y las luces volvieron a apagarse para pasar a uno de los momentazos de la noche que hizo que nuestra mesa pegase gritos que desconcertó al resto de invitados: empezó a sonar la BSO de Indiana Jones. Las tres locas que eramos Andrea, Raquel y yo pegando brincos con semejante escena, mientras el resto se soprendían someramente pues eramos el grupito mas tranquilo de la sala hasta ese momento.
Luego llegó el baile, y el cotillón ya que empezaba un nuevo año para los novios, todos juntos recibimos las campanadas en mayo.
El día siguiente hicimos los 5 una visiilla por la ciudadela, y por la tarde tuvimos que coger todos juntos el avión. Allí me di cuenta de que la despedida se acercaba de nuevo y que además tendría que ser muy rápida ya que tenia que coger otro avión yo, en seguida. Y entre las bromas, los cariños y lo demás no pude evitar acabar hecha una magdalena.
Pero todo cambia, y ello es parte de la vida. A fin de cuentas no fué un adiós, solo será un hasta luego.